Emmanuel Macron: el liberal moderado que salvó a Francia y a la Unión Europea del populismo

En el séptimo día del mes de Mayo del año 2017 en Francia, tras su derrota en las elecciones legislativas de Holanda y en las elecciones presidenciales de Austria, el populismo en Europa fue derrotado nuevamente. En esta ocasión, la candidata presidencial ultraderechista y euroescepticista Marine Le Pen del Frente Nacional sufrió una verdadera y categórica paliza electoral.

El nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, obtuvo en el ballotage francés aproximadamente el 66,10% de los votos, mientras que su contrincante Marine Le Pen considerada la versión femenina y francesa de Donald Trump, alcanzó el 33,90% de la votación.

El nuevo presidente de Francia Emmanuel Macron tras el amplio triunfo obtenido en el Ballotage.

El nuevo presidente francés Emmanuel Macron, además de ser el presidente más joven de Francia con tan solo 39 años de edad, es un forastero del establishment político de Francia. Macron es líder de un partido político centrista llamado En Marche!, que rompe con la tradicional dicotomía derecha e izquierda en la política francesa, cuyas características centrales son una tendencia en materia económica a favor del libre comercio y la globalización, junto con una tendencia progresista en lo socio-cultural. A diferencia de la populista Marine Le Pen, el nuevo presidente de Francia está a favor de la Unión Europea y en política migratoria se posiciona a favor del aumento en el ingreso y resguardo de refugiados en Europa.

Macron se encontrará con gigantescos desafíos y/o problemáticas de diversa índole a resolver como presidente de la segunda economía de la Unión Europea.
En el plano económico Francia arraiga una persistente tradición nacionalista y estatista establecida desde la adopción del dirigismo durante la presidencia de Charles De Gaulle que perduró durante décadas. Sin embargo el modelo dirigista comenzó a mostrar sus falencias durante las décadas tanto del ochenta como del noventa con el surgimiento de la globalización. Francia posee una clase empresarial muy proteccionista cuya ejemplificación se plasma incluso en la industria cinematográfica que detenta un alto poder de lobby presionando constantemente a los legisladores para que no permitieran el desembarco de Netflix en Francia.


En conjunto con dicha tradición nacionalista y estatista, Francia tiene un gasto público y una deuda realmente muy grandes.

Macron es un líder que posee una imagen y/o perfil politico similar al ex presidente estadounidense Kennedy y al actual primer ministro canadiense Trudeau. El principal objetivo de Macron en materia económica es instaurar en Francia un modelo similar al ordoliberalismo alemán que combina al libre comercio y la competitividad empresarial junto con políticas sociales que promueven la equidad.

Por otro lado, otro gran desafío que Macron deberá afrontar es llevar a cabo un fortalecimiento de la Unión Europea que se encuentra amenazada  por el fuerte resurgimiento del populismo de ultra derecha, anti-globalización y anti-europeísta en distintos países del viejo continente, cuyo ejemplo más contundente y representativo fue el Brexit del Reino Unido.

A su vez, un gran problema cuya resolución será demasiado compleja, y que tanto Francia como las demás naciones del continente europeo padecen, son los crecientes ataques y/o atentados terroristas del Estado Islámico en las principales ciudades de Europa. No obstante, otro problema muy significativo que afrontará Macron como presidente de Francia es la crisis de las oleadas de refugiados que escapan hacia Europa desde Medio Oriente.

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